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Cada gota cuenta

  • Cada gota cuenta

Quiere ser éste un artículo que apele a la responsabilidad de todos en el uso de un bien tan preciado y tan escaso como el agua: cada gota cuenta. España, ya no sólo la cuenca del Segura, vive una situación desconocida de sequía que afecta a partes del territorio que hasta ahora eran inmunes a esta amenaza. Las cuencas del Júcar, Guadalquivir, Guadiana y el Ebro sufren la escasez de recursos hídricos, y zonas tradicionalmente húmedas como el Duero o Galicia están aplicando también medidas de ahorro.

Nos encontramos, por tanto, en un escenario nuevo agravado por el cambio climático, un problema ante el cual la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha transmitido el compromiso de España en la Cumbre del Clima de Bonn.

El Gobierno de España, en este sentido, cuenta con poderosos instrumentos de gestión del agua: las confederaciones hidrográficas. Éstas son las encargadas de plasmar sobre el terreno, y atendiendo a las necesidades específicas de cada zona, las políticas de agua del Ministerio. Evidentemente, la colaboración entre cada confederación y el propio Ministerio es muy estrecha, pero también entre los propios organismos de cuenca, que mantienen reuniones en las que se ponen sobre la mesa experiencias y soluciones. Después, cada confederación trabaja codo con codo con los usuarios del agua para que se racionalice su uso y se consiga un consumo responsable. En la situación que vivimos, sin duda, se hace necesario multiplicar nuestros esfuerzos para hacer llegar este mensaje a toda la sociedad: cada gota cuenta.

España, ya no sólo la cuenca del Segura, vive una situación desconocida de sequía que afecta a partes del territorio que hasta ahora eran inmunes a esta amenaza

No está en nuestras manos que llueva, pero lo que sí puede hacer del Ministerio y las propias confederaciones es trabajar concienzudamente para paliar los efectos de la sequía. Allí donde es posible se está poniendo a disposición de los usuarios recursos extraordinarios. La cuenca del Segura, sin ir más lejos, es un claro ejemplo de este trabajo.

El Gobierno, a través del Ministerio y de la Confederación Hidrográfica del Segura, ha puesto en marcha desde el inicio de esta situación de sequía numerosas medidas, en el marco del Real Decreto de sequía que se ha prorrogado tres veces, que han permitido poner a disposición de los usuarios más de 250 hectómetros cúbicos de recursos adicionales de agua. Así, se han aportado recursos adicionales, se ha incrementado la producción de agua desalada, se han abierto pozos de sequía y se han llevado a cabo otras iniciativas como la aprobación, el pasado 9 de junio, de un Real Decreto ley con medidas urgentes para paliar los efectos de la sequía que está permitiendo aplicar exenciones como las relativas a las tarifas y cánones vinculados a la disponibilidad de recursos hídricos.

Si sigue sin llover, por delante nos esperan meses complicados y hay que tener claro que la ley prioriza el abastecimiento humano. Esa preferencia, sin duda, será salvaguardada por las acciones del Ministerio y de las propias confederaciones, incluyendo la del Segura. En este sentido, se está haciendo una planificación realista y estamos siendo transparentes con los usuarios para que sean conscientes de las posibilidades que se abren en el presente año hidrológico.

Las comunidades de regantes, asimismo, tienen un gran poder en la gestión de los recursos hídricos, que en nuestro país es público-privada. Ellos son los que deciden cómo gastan el agua de la que disponen, cuándo lo hacen y en qué cultivos. Por eso apelamos, desde la CHS, al uso responsable de los escasos recursos con los que contamos.

La existencia de las confederaciones hidrográficas desde hace más de 90 años demuestra que el agua, en España, es una cuestión de Estado. Requiere, por consiguiente, una visión amplia, a largo plazo, y que esté alejada de banderas políticas. Necesitamos un Pacto Nacional por el Agua que refuerce la solidaridad, el respeto, el diálogo y el consenso. Hay que superar las líneas rojas y los condicionantes insalvables para conseguir un gran acuerdo que nos beneficie a todos.

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