España es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Su ubicación geográfica, así como su vasto litoral marítimo y su climatología, la hacen especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático. Muestra de ello son los estudios que demuestran que España podría perder la mitad de sus playas a final de siglo o los últimos episodios de inundaciones del pasado año.
En los últimos años hemos observado como los patrones climáticos que conocíamos hasta ahora han ido cambiando, provocando temporales de viento y lluvias, sequías prolongadas e inundaciones y un aumento de la temperatura del nivel del mar sin precedentes, con consecuencias para la biodiversidad marina y terrestre.
Pero el cambio climático no es el único responsable de los fenómenos climáticos cambiantes, el factor humano también ha sido muy decisivo a la hora de modificar nuestra meteorología. Las emisiones de carbono, la producción en masa y la sobrepoblación de muchas regiones del mundo afecta a la meteorología más de lo que podemos imaginar.
En los últimos años hemos observado como los patrones climáticos que conocíamos hasta ahora han ido cambiando
Según se afirma en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), si se quiere mantener el calentamiento global por debajo de 2º será necesario reducir las emisiones de efecto invernadero de todos los sectores. A su vez, la OMM ha presentado un informe sobre el estado del clima mundial en 2019, donde se detalla cómo se están incrementando los impactos y señales del cambio climático. Muestra de ello es el año de récord en temperaturas en muchas regiones.
España aparece en dos ocasiones mencionada en el informe, destacando la escasez de lluvias del pasado invierno y la bajada de precipitaciones. Además, también menciona un fenómeno totalmente inverso a la escasez de lluvias, las inundaciones del pasado otoño en el Levante.
A pesar de su efecto devastador y su impacto mediático, no podemos olvidar que España ha pasado por otros episodios climáticos extremos, como los que destacamos a continuación.
Y es que, tanto la ausencia de lluvias, como el exceso de ellas, pueden causar pérdidas inimaginables.
Riada del Vallés
El 25 de septiembre de 1962, la comarca del Vallès Occidental, en Cataluña, sufrió unas intensas lluvias que provocaron riadas sobre municipios como Terrassa, Sabadell, Rubí o Cerdanyola del Vallès.
Las lluvias, de hasta 250 l/m2, se saldaron con la vida de 441 y más de 300 desaparecidos. Además, las inundaciones también provocaron pérdidas económicas, al deteriorarse fábricas e infraestructuras viales que tardaron varios años en repararse.
Pantanada de Tous
En octubre de 1982, las lluvias sobre la cuenca del río Júcar superaron los 600 mm en un área aguas arriba del pantano. El gran volumen de agua originó que la presa de Tous se viniera abajo, provocando una crecida de hasta 16.000 m³/s.
El agua arrasó las comarcas de la Ribera Alta y la Ribera Baja y provocó más de 30 muertos.
En este caso la presa se vino abajo por la debilidad de sus muros y la imposibilidad de abrir las compuertas, debido a la pérdida de corriente eléctrica por las lluvias, así que después de la catástrofe hídrica, hubo un largo periodo de un largo período conversaciones con el Estado para determinar quién era el culpable.
Pantanada de Tous. (Fuente: Wikipedia)
Riada del camping de Biescas
Una fuerte tormenta provocó el desbordamiento del río Arás, en Huesca, el 7 de agosto de 1996. El desbordamiento del río provocó los puentes de Betés y Aso desaparecieran, destruyendo las presas de contención y llegando hasta el camping de Biescas, donde se alojaban más de 500 personas. Familias enteras que disfrutaban de la acampada veraniega murieron, dejando un balance final de 87 fallecidos y más de un centenar de heridos.
Los afectados reclamaron durante años, hasta que finalmente una sentencia de la Audiencia Nacional dictaminó que el suceso fue evitable. La DGA y la CHE pagaron 11 millones de euros por daños y perjuicios, pero no todos los afectados recibieron indemnización. Asimismo, el Ministerio del Medio Ambiente desestimó las reclamaciones por considerarlas fuera de plazo.
Riada de Tenerife
El fenómeno de la gota fría produjo en marzo de 2002 reiteradas lluvias torrenciales en Santa Cruz de Tenerife, descargando hasta 232,6 l/m² en 24 horas y 129,9 l/m² en una hora, lo que se convirtió en la mayor cantidad de agua recogida n un día en Tenerife desde que se tienen registros.
Las lluvias ocasionaron 8 muertos y 12 desaparecidos y causaron daños materiales de gran valor, así como la destrucción de viviendas y sistemas eléctricos, dejando a 70.000 personas sin luz.
Imagen: Riada Tenerife. (Fuente: Efemérides Meteorológicas Canarias)
Inundaciones levante 2016
Entre el 16 y el 19 de diciembre de 2016, el sureste de la Península Ibérica vivió un temporal de lluvias que afectó a las provincias de Almería y Murcia y a la Comunidad Valenciana y Baleares. En algunos puntos se recogieron hasta 600 l/m2 y se saldaron con la vida de 5 personas.
Sequía 2017
Durante el año hidrológico 2016-2017, España y Portugal vivieron una aguda crisis hídrica que dejó sus embalses bajo mínimos. En octubre de 2017 el volumen de agua embalsada en España era de un 38,9 %, cuando la misma semana el año anterior (2016) era de un 51,27 %. La situación no mejoró tras las lluvias de otoño, ya que los embalses quedaron al 38 % de su capacidad.
A principio de 2018 comenzó a llover, y antes de primavera un temporal de lluvias dejó abundantes reservas de agua en la Península Ibérica, provocando que las cuencas retiraran la alerta por sequía.
Considerada por algunos expertos como la peor sequía de la Península Ibérica, el año 2017 se recuerda como el más seco desde 1965.
Pie de foto: Embalse de barrios de Luna (provincia de León) en septiembre de 2017. A principios de octubre de 2017 se encontraba en una situación crítica al 5 % de su capacidad. (Fuente: Wikipedia)
DANA 2019
Uno de los eventos más recientes relacionados con inundaciones es el de la DANA (depresión aislada en niveles altos) de otoño de 2019 en la Península Ibérica. En Valencia llegaron a caer hasta 40 centímetros de agua en 24 horas, lo que equivale a un año de lluvia en la provincia, y escuelas y comercios tuvieron que cerrar.
Esta gota fría dejó seis fallecidos y más de 3.000 evacuados.
Imagen: Alcázares de Murcia durante la DANA. (Imagen: Twitter CAP Murcia)
Borrasca Gloria 2020
A principios de 2020, la borrasca Gloria irrumpía con fuerza en la Península Ibérica, afectando especialmente al sureste de España y a Islas Baleares. Las fuertes rachas de viento, así como las copiosas lluvias, provocaron que 13 personas perdieran la vida y 4 desparecieran. Además, la borrasca se llevó por delante paseos marítimos de la costa catalana y valenciana y afectó a viviendas y comercios. El Delta del Ebro, una de las zonas más dañadas por el temporal, sufrió los efectos del temporal con el mar arrasando hasta 3 kilómetros de tierra.
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Imagen: Riu Onyar, Girona.
