Dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, se encuentra el pozo más antiguo de la Península Ibérica, con más de 4.000 años de antigüedad.
En torno a la Motilla del Azuer, como se conoce el yacimiento prehistórico donde se encuentra el pozo, se produjo un asentamiento durante la Edad de Bronce, entre el 2.200 y el 1.500 a. C. Producto de ese asentamiento, surgió la motilla, topónimo que sirve para designar este particular asentamiento prehistórico. Las motillas forman una elevación artificial dentro de un espacio llano, y se consideran relevantes por su escasez y su riqueza a nivel científico.
Vista del pozo interior. Imagen: Motilla del Azuer.
La Motilla del Azuer se encuentra ubicada en la vega del río Azuer, en un enclave privilegiado que permitió el control de recursos agrarios e hídricos a los habitantes del asentamiento. En torno al yacimiento se levantaron murallas, y dentro del área fortificada se delimitaron dos espacios, un patio y dos recintos separados por una pequeña muralla intermedia.
Es en el patio es donde los habitantes del Azuer excavaron el pozo hasta alcanzar el nivel freático, a una profundidad de unos 16 metros, que abastecía de agua al asentamiento. La red de pozos que se sucedían a lo largo del complejo fueron la solución a la prolongada sequía que experimentaron y que hizo que las aguas de los ríos y arroyos cercanos desaparecieran. Así, con esta red de pozos, podían abastecer de agua al asentamiento y almacenar en acuíferos el agua que no necesitaban.
Vistas desde la torre central del yacimiento. Imagen: Motilla del Azuer.
Durante todo el periodo de ocupación del yacimiento se mantuvo la estructura hidráulica, lo que permitió su desarrollo agropecuario.
A día de hoy, se han documentado 30 motillas en todo el mundo, de las cuales 8 están en Daimiel. La Motilla de Azuer se conserva como el yacimiento con el pozo más antiguo de la Península Ibérica, declarándose bien de interés cultural el 20 de junio de 2013.
