Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid; con estudios superiores en Dirección de Comunicación, Publicidad, Marketing y nuevas tecnologías y profesor colaborador en ESIC, Juan Pablo Merino cuenta con una amplia experiencia en su actividad. En 2004 se incorporó a FCC, donde compatibiliza su actual puesto con la posición que ocupa como director de Comunicación y RSC en Aqualia.
Pregunta: ¿Qué papel desempeña el Departamento de Comunicación y RSC en Aqualia?
Respuesta: La función fundamental del departamento es el diseño y planificación tanto de la estrategia de comunicación que debe desarrollar la empresa como la definición y coordinación de la política de RSC que lleva a cabo en sus territorios de trabajo.
Desde su posición de miembro del Comité de Dirección de Aqualia, el Director del Departamento de Com&RSC es el responsable de elaborar planes específicos para cada disciplina desde el análisis del entorno en el que la empresa debe desarrollar su labor de prestación de un servicio público. Me gusta decir que cuidamos de la marca, un bien intangible, que debe trasladar a la sociedad lo que es Aqualia, su esencia y valores.
Contamos con un organigrama tipo en el que las tareas se dividen entre distintos profesionales. A pesar de esta diferenciación, el trabajo en equipo y el contacto permanente entre los miembros del departamento facilitan llevar a cabo acciones coordinadas 360º ligadas a la hoja de ruta que marcan tanto el plan global de Comunicación como el de RSC.
P.- Desde el Departamento, ¿cuáles son los objetivos de la empresa?
R.- El mundo en general, y el entorno empresarial en particular, están cambiando a un ritmo vertiginoso. Todo viene impulsado, en gran medida, por un ciudadano que exige a las marcas más transparencia, autenticidad, sostenibilidad y coherencia. En nuestro caso, el servicio que ofrecemos, la gestión del ciclo integral del agua como bien público y necesario para la vida y el desarrollo de los territorios, debe convertirse en una forma de expresar esa nueva escala de valores.
Los objetivos de Aqualia, bajo los que trabajamos en el Departamento, pasan por lograr que nos perciban como una compañía que aporta valor en los lugares donde trabaja. Además, queremos convertirnos en referentes del sector ligando nuestra actividad al concepto “legitimación social” como eficaces colaboradores de las administraciones públicas en los proyectos de colaboración público-privada. Y en esa línea de conseguir la licencia social que traslade confianza a los ciudadanos, nuestra hoja de ruta siempre ha recogido el aporte permanente de acciones que mejoren los aspectos financieros, sociales y medioambientales de la gestión que desarrollamos. Ahora, acciones renovadas y adaptadas siguiendo las directrices que marcan los ODS de Naciones Unidas. Somos una empresa con vocación de ser fuente informativa legitimada y creíble, simplificando el mensaje, y también reconocida por su implicación social.
P.- ¿De qué acción en el área de RSC se siente especialmente orgulloso?
R.- En Aqualia llevamos ya 13 años publicando un Informe de Responsabilidad Social Corporativa cuyos contenidos han sido elaborados y verificados, año tras año, siguiendo las recomendaciones y principios más exigentes, los del Global Reporting Iniciative (GRI). Esta metodología nos ha permitido acreditar la calidad de la información aportada por la compañía mediante su verificación por una tercera parte independiente.
El trabajo realizado hasta ahora ha hecho posible establecer una línea base sobre la que estudiar la evolución de los distintos KPIs históricos. Y ha facilitado evolucionar e incorporar KPIs de interés sobre el negocio, así como otros KPIs que hacen posible un seguimiento y monitorización del grado de implantación de los ODS en la empresa.
Para Aqualia, los ODS son una oportunidad y un compromiso real para toda la empresa, ligado a nuestra dimensión transformadora por el trabajo que realizamos, la gestión del ciclo integral del agua. Este año hemos llevado a cabo un análisis para identificar los objetivos prioritarios de Aqualia, aquellos en los que nuestra actividad impacta de manera directa. Así, han quedado fijados el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), el ODS 17 (Alianzas para lograr objetivos) y el ODS 12 (Producción y consumo responsable).
Para Aqualia, los ODS son una oportunidad y un compromiso real para toda la empresa
P.- ¿Cómo está cambiando su trabajo la irrupción de las nuevas tecnologías?
R.- Las nuevas tecnologías amplían el abanico de posibilidades con las que la empresa cuenta para relacionarse con sus públicos. Bien estructuradas y utilizadas, permiten a la organización convertirse en fuente primaria en la comunicación con sus stakeholder. Son herramientas muy útiles y potentes para un departamento como el nuestro, que ofrecen grandes oportunidades en la gestión de la marca, por ejemplo. Pero también exigen más compromiso y transparencia con la sociedad por parte de la empresa. Ya no se puede lanzar un mensaje cuyo contenido no venga soportado por una realidad tangible. La gestión de los intangibles debe basarse en acciones y políticas tangibles. De lo contrario, la empresa fracasará y desaparecerá. Los últimos estudios señalan que una de cada cuatro personas cree que la presencia en redes sociales aumenta la confianza en la marca y que un 23% de los usuarios con perfil sigue a las marcas e interacciona con ellas. Pero a cambio, exigen transparencia, honestidad y compromiso, además de la triple sostenibilidad en el quehacer diario de la entidad.
P.- ¿Qué noticia le gustaría comunicar?
R.- Que en 2030 hemos alcanzado el ODS 6 de Naciones Unidas, dentro de un marco de colaboración público-privada, y que Aqualia ha sido una de las organizaciones que ha contribuido a ello. Eso significaría el acceso universal al agua limpia y al saneamiento, algo que impacta directamente en una mejora sustancial en la calidad de vida de las personas y en su bienestar, reduciéndose la pobreza y la muerte de millones de niños, entre otras muchas cosas.
