¿Ha acudido alguna vez a un restaurante y cuando ha pedido una jarra de agua ha obtenido la respuesta “lo siento, solo tenemos en botella”?
Esta situación podría revertirse a partir de ahora tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros del anteproyecto de Ley de Residuos que, con el objeto de reducir el consumo y empleo de plásticos de un solo uso, incluye la norma de ofrecer y dar preferencia al consumo de agua de grifo en todos los establecimientos y administraciones públicas.
A pesar de que nadie pone en duda la excelente calidad del agua de grifo en España, aún hay muchos ciudadanos que se niegan a consumirla, bien por desconocimiento, bien por sus propiedades organolépticas, tal y como detalla Juan Carlos García, National Contact Point y experto en el Comité de Programa de SC5 de H2020 del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI): “Si bien la calidad sanitaria del agua en toda España está fuera de toda duda, no ocurre lo mismo con la calidad organoléptica, de manera que es probable que en muchas de nuestras ciudades el consumidor siga prefiriendo consumir agua embotellada”.
Para otros, sin embargo, el debate está fuera de discusión, y el consumo de agua del grifo debería ser siempre un derecho vital: “El agua es un bien esencial, amparado por el derecho humano al agua. Negarse a suministrar agua de grifo, cobrar por ese servicio u obligar al consumo de agua envasada no tenía lógica alguna”, sostiene Eduardo Perero, vicepresidente de la Asociación de Ciencias Ambientales y Responsable del área de Economía Circular y Agua dentro del Área Técnica de la Fundación Conama, que considera que cobrar por ese servicio es casi tan ilógico como cobrar de forma específica por la luz del local, gasto que, se presupone, repercute en el servicio global del local de hostelería.
Los establecimientos de hostelería deberán tomar medidas para reducir el consumo de agua embotellada, fomentando el consumo de agua de grifo
Esta medida, comenta, no solo ofrece una rebaja en la factura del cliente, sino que fomenta la “marca España” y, lo más importante, forma parte de una estrategia transversal de economía circular.
Pero, ¿en qué contexto se engloba el fomento del agua del grifo?
La economía circular pasa por el agua
Ante una población cada vez más extensa, unos recursos cada vez más limitados y una súper producción en masa, se hace necesario integrar políticas comunes a todos los países que aseguren una sostenibilidad y una protección del medioambiente. La Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente logró un acuerdo para reducir el consumo de plásticos de un solo uso antes de 2030, y ahora el Gobierno de España ha movido ficha en este sentido, aprobando el pasado 2 de julio la Estrategia Española de Economía Circular para reducir la generación de residuos y mejorar la eficiencia en el uso de recursos.
A esta estrategia se le suma el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que recoge por primera vez en la legislación española las limitaciones a los plásticos de un solo uso, e incluye restricciones a su introducción en el mercado.
Aunque no lo parezca, el sector del agua y el sector de los residuos tienen mucho que ver, y no se entienden el uno sin el otro
Así, a partir del 1 de enero de 2023, los establecimientos deberán cobrar por cada producto de plástico que se entregue al consumidor, como vasos de cafés para llevar o envases de comida, e indicarlo en el ticket. El anteproyecto, que pasará próximamente a consulta pública, establece además que los establecimientos de hostelería deberán tomar medidas para reducir el consumo de agua embotellada, fomentando el consumo de agua de grifo y garantizando siempre la higiene y la seguridad alimentaria. El agua deberá servirse preferiblemente en envases reutilizables, nunca suprimiendo la comercialización de agua embotellada, pero sí ofreciendo la opción sin plásticos.
Las administraciones públicas deberán asimismo adoptar esta medida, reduciendo el consumo de agua envasada mediante la instalación de fuentes de agua potable.
Esto, además de poner en valor la excelente calidad del agua en España, también fomenta el ahorro de residuos por parte del sector de la hostelería, tal y como señala Jordi Oliveras, consultor en Ingeniería hidráulica y creador de HidrojING: “Además de la obligatoriedad de ofrecer agua no envasada, habrá otros aspectos relacionados con los residuos que inciden directamente sobre este sector, como puede ser la reducción de residuos alimentarios”.
La economía circular siempre ha sido un tema a debatir en múltiples sectores, no solo por la imperiosa necesidad de hacer un mundo más sostenible y con menos residuos, sino con la premisa de crear un modelo de producción respetuoso con el medioambiente. Este punto, el de la producción sostenible, es precisamente uno de los principales ejes recogidos en la ley, y representa una oportunidad para un nuevo mercado, el del empleo verde.
“El nuevo modelo de producción sostenible basado en la economía circular que la Unión Europea promueve como determinante en las próximas décadas creará un empleo verde no deslocalizable, competitividad, impulsará la innovación y aportará un nivel de protección del medioambiente y de las personas desconocido hasta la fecha”, señala Roberto Ruiz, de Relaciones Institucionales de Ecoembes, que también indica que la prevención de la generación de residuos y el fomento del ecodiseño son dos elementos de especial relevancia en nuestra transición de una economía lineal a una circular. El reto, subraya, es que la variable ambiental sea considerada como un requisito transversal en el desarrollo de productos y servicios.
Agua y residuos, siempre de la mano
Aunque a prori no lo parezca, el sector del agua y el sector de los residuos tienen mucho que ver, y en ocasiones no se entienden el uno sin el otro. La creencia de que el sector de los residuos es el que más peso tiene en la estrategia de economía circular deja patente la necesidad de políticas integradoras que cohesionen todas las medidas, tal y como indica Eduardo Perero: “Ya no se pueden abordar los retos de nuestra sociedad únicamente con enfoques meramente sectoriales. Hasta una legislación básica como esta sobre residuos tiene que abrir la mirada y tender puentes coordinados entre políticas”.
Perero también destaca el hecho de que una normativa de residuos se haya adelantado al sector del agua en fomentar legislativamente la economía circular, “lo que por un lado indica la necesidad de esta norma y, por otro lado, la cada vez mayor necesidad de interrelación entre normativas, políticas, estrategias, planificaciones, etc.”. Esta interrelación de estrategias y normas lleva implícita la necesaria participación de la ciudadanía de una manera activa, un punto que señala como algo prioritario Rafael Mujeriego, presidente de la Asociación Española de Reutilización Sostenible del Agua (ASERSA), que considera que a los objetivos de “proteger y defender el medioambiente” que menciona el proyecto de ley habría que sumar otros más motivadores como los de “mejorar y cuidar” el medioambiente, asegurando de esta manera la “complicidad” de la ciudadanía. La participación de los ciudadanos, indica, será en último término la clave del éxito de estas políticas ambientales.
La nueva medida de ofrecer agua del grifo de manera gratuita no ha sido bien recibida por parte de todos los actores de este sector
La economía circular ha llegado en un momento en el que la economía lineal está implicando una explotación de recursos y una generación de residuos por encima de los límites sostenibles. Esta explotación de recursos y esta producción de residuos, señala Jordi Oliveras, “comprometen muy seriamente la disponibilidad futura de esos recursos, tanto cualitativamente como cuantitativamente”.
En esa línea, como Productor de Sostenibilidad, Alberto Vizcaíno opina que la clave de la economía circular reside precisamente en prevenir y evitar residuos, considerando “la apuesta por el agua de grifo como el gran acierto del anteproyecto de ley de residuos, una medida muy interesante que evitará grandes cantidades de plástico de usar y tirar”.
El ejemplo del sector de la hostelería
Tras la paralización de la economía a causa de la pandemia de coronavirus, el sector de la hostelería y el turismo se enfrenta a uno de sus mayores retos. La nueva medida de ofrecer agua del grifo de manera gratuita no ha sido bien recibida por parte de todos los actores de este sector, así como del sector industrial, que consideran que esta práctica puede conllevar pérdidas monetarias e inversión de personal.
“El sector de la hostelería y el turismo español ha dado unas muestras excepcionales de adaptación a las necesidades de los consumidores, desde que iniciamos nuestra vocación turística en los años 1960”, sostiene Rafael Mujeriego. “Habrá de ser un distintivo práctico de calidad de nuestro sector hostelero y turístico que los usuarios nacionales e internacionales sabrán apreciar y querrán disfrutar”, completa.
La hostelería y el turismo tienen la oportunidad de ejercer como un sector ejemplarizante sobre la importancia del agua del grifo
Juan Carlos García considera que esta medida despierta sentimientos encontrados. Por un lado, la industria y la hostelería, en general, no están de acuerdo con ella. La industria porque va a ver disminuido el consumo de su producto, tanto el agua mineral como el plástico, y la hostelería por el coste que les supone ofrecer agua del grifo gratuitamente.
Sin embargo, a pesar de las reticencias de algunos sectores, no hay que perder de vista que la hostelería y el turismo tienen la oportunidad de ejercer como un sector ejemplarizante, ilustrando sobre la importancia del agua del grifo, y apoyando las políticas sostenibles para construir un mundo mejor.
Todo poder conlleva una gran responsabilidad.