Los embalses españoles han experimentado un aumento en sus reservas de agua, almacenando actualmente un total de 37.149 hectómetros cúbicos (hm³), lo que representa un aumento de 196 hm³ (0,3%) respecto a la semana anterior. Esta información fue publicada en el último informe del sistema de seguimiento de la reserva hídrica nacional.
Demarcaciones hidrográficas
La distribución del agua embalsada muestra un panorama mixto a lo largo de las diversas demarcaciones hidrográficas de España. Mientras que algunas áreas del norte como el Duero y las Cuencas Internas del País Vasco muestran niveles muy altos de reservas, con un 91% y un 90%, respectivamente, otras áreas están considerablemente más bajas. Específicamente, las Cuencas Internas de Cataluña y la Cuenca del Segura están a tan solo un 24%, reflejando una situación mucho más crítica.
La situación de las cuencas, en porcentaje, se detalla en la tabla adjunta:
Variación de los embalses españoles
El embalse de Alcántara ha mostrado un incremento destacado, añadiendo 58 hectómetros cúbicos (hm³) a su capacidad, el mayor aumento observado en este periodo. Otros embalses como Rialb y Belesar también han experimentado aumentos significativos, con 29 hm³ y 27 hm³ respectivamente, mejorando sus niveles de agua de manera notable.
En la tabla siguiente, se muestran los 10 embalses que más han subido esta semana:
En contraste, el embalse de Ribarroja ha enfrentado el mayor descenso, con una reducción de 34 hm³. Esta disminución marca una preocupación creciente respecto a su capacidad actual y futura de almacenamiento. Los embalses de Gabriel y Galán y Grado I también han reportado caídas considerables, de 21 hm³ y 23 hm³ respectivamente, lo que refuerza la necesidad de vigilancia y posibles medidas correctivas en esas áreas.
En la tabla siguiente, se muestran los 10 embalses que más han bajado esta semana:
Este ligero aumento en las reservas de agua es un signo positivo, aunque la variabilidad entre regiones subraya la importancia de seguir adoptando estrategias de gestión del agua adaptadas a cada cuenca.
El seguimiento continuo y la adaptación a las condiciones emergentes serán clave para manejar los recursos hídricos de España de manera efectiva, evitando crisis de agua en las zonas más vulnerables y aprovechando al máximo las épocas de abundancia en otras áreas.