La continuidad de la actividad agrícola durante la crisis sanitaria ha permitido garantizar el suministro alimentario con normalidad. El vicepresidente de SCRATS pone en valor la labor de los agricultores y la necesidad de atender a sus demandas.
La carrera de Javier Berenguer ha estado siempre relacionada con la agricultura y el regadío. Entre 1990 y 2005, ejerció como jefe de administración en Riegos de Levante, y desde el año 2000 es el gerente de J&P VIVERISMO, una empresa dedicada a la distribución de materiales y complementos para los viveros, jardinería y agricultura.
A esta experiencia se suma la presidencia de la Comunidad de Regantes El Canal a partir de 2013, y desde 2015 la de la Comunidad General de Regantes “Riegos de Levante, izq. del Segura”. Finalmente, Berenguer es desde el pasado año el vicepresidente de SCRATS.
Pregunta - ¿Cómo ha sido la crisis de la COVID-19 en el sector agrícola español, y en particular en la zona de la Comunidad Valenciana?
Respuesta - La pandemia llegó en un momento complicado para el sector, cuando nuestros agricultores protestaban reclamando unos precios justos y ha supuesto un sobreesfuerzo para todos nosotros. Si nuestras medidas higiénico-sanitarias ya eran importantes, hemos tenido que intensificarlas para adaptarnos a esta nueva realidad. Los agricultores lo han dado todo, dedicándose íntegramente a asegurar que los ciudadanos de nuestro país tuvieran las despensas llenas en el confinamiento, sin ninguna tensión o interrupción en el abastecimiento y con unos productos cercanos, seguros y de calidad.
Este trabajo ha debido desarrollarse con las dificultades que todos conocemos en la obtención de equipos de protección y movilidad de trabajadores, a lo que se han unido también las dificultades de contar con temporeros para la recolección de frutos.
P. - ¿Cómo valoran la contribución del agro del Levante español durante la pandemia?
R. - Considero que los agricultores del Levante han demostrado, una vez más, que integran un sector esencial para nuestra subsistencia y la de toda Europa. No quiero ni pensar en un escenario en el que a la emergencia sanitaria se hubiera unido una emergencia alimentaria, que hubiera llevado a luchar en los mercados internacionales por conseguir alimentos esenciales con los que garantizar la vida en nuestro país.
A esta labor básica para nuestra sociedad se suman las labores de apoyo de nuestros agricultores y sus tractores, desinfectando numerosos pueblos de nuestra geografía y apoyando otras necesidades directas de ciudadanos.
P. - ¿Qué papel ha tenido el trasvase en la zona en estos últimos meses? ¿Con que otros recursos (desalación, reutilización) se ha complementado el regadío?
R. - El trasvase ha tenido un papel fundamental e insustituible. El agua que ha llegado por esta infraestructura ha hecho posible esta producción de frutas y verduras con las que se ha podido abastecer a los ciudadanos. En un año sin agua del trasvase, esto no hubiera sido posible.
Si nuestras medidas higiénico-sanitarias ya eran importantes, hemos tenido que intensificarlas para adaptarnos a esta nueva realidad
Esta herramienta fundamental permite no solo contar con un volumen de agua que asegura en un porcentaje importante las necesidades de nuestra producción, sino que también aporta una buena calidad del recurso, a diferencia del agua de otras fuentes que no dejan de ser recursos complementarios.
En la zona del Levante español, y más concretamente en la Comunidad Valenciana, queda mucho por hacer en materia de infraestructuras para garantizar recursos de otras fuentes y a precios aceptables para el sector, pero nunca sustituirán al agua del trasvase por su calidad.
P. - ¿Qué aporta la agricultura de Levante a la economía española en este nuevo escenario de desescalada?
R. - En primer lugar, como he dicho antes, aporta la seguridad de contar con una producción cerca y segura de productos de primera necesidad. Además, el sector no ha parado en ningún momento, lo que ha permitido mantener empleos y crear nuevos puestos de temporada como en años anteriores. Del mismo modo, ha mantenido y mantiene las exportaciones, contribuyendo con todo ello a aportar riqueza a nuestro país en un momento tan delicado como el actual en el que la mayoría de sectores demandan ayudas al gobierno para salir de esta situación.
Los agricultores lo han dado todo, dedicándose a asegurar que los ciudadanos de tuvieran las despensas llenas en el confinamiento
Por ello, es absolutamente imprescindible otorgar a nuestro sector agrario el carácter de sector estratégico en el diseño del país que todos queremos en el futuro. De poco servirá garantizar el suministro de la energía o de los equipos de protección sanitaria sino tenemos garantizados el agua y los alimentos. Como no nos ha faltado, no le hemos dado públicamente el valor que tiene, pero a estas alturas no creo que nadie dude de su carácter absolutamente esencial.
P. - En este sentido, ¿qué puede aportar la agricultura en la recuperación del empleo en nuestro país?
R. - El sector agrario ya fue uno de los motores principales en la salida de la crisis económica española de 2008-2012. En él encontraron refugio muchos de los ciudadanos españoles de otros sectores gravemente afectados como la construcción o el turismo. Volveremos a ser un pilar dinamizador de nuestra economía, sin consumir apenas recursos financieros estatales a diferencia de la gran mayoría de sectores industriales y de servicios.
P. - La otra crisis que sea avecina es la del clima. ¿Cómo contribuye el sector a hacerle frente?
R. - Hay mucha literatura que vincula producción agraria con deterioro climático, pero esto es simple falta de información. La agricultura del siglo XXI es una práctica modernizada y en constante evolución que ahorra agua con el riego por goteo en la gran mayoría de las explotaciones, y que investiga e invierte continuamente en nuevos métodos de cultivo que rentabilizan cada gota de agua.
En una zona desértica como la nuestra, sin la agricultura no tendríamos ni árboles ni vegetación, con el consiguiente perjuicio medioambiental. Y eso sin entrar a valorar, además, las repercusiones de este empeoramiento del entorno sobre el turismo y otros sectores de relevancia. Sin la agricultura, aumentaría el despoblamiento de nuestros pueblos y pedanías rurales, y se iniciaría un éxodo a las ciudades aumentando la contaminación ambiental y el deterioro de la calidad de vida para todos.
P. - ¿Cuál ha sido el papel de SCRATS a lo largo de la pandemia, y cuál va a ser en esta “nueva normalidad”?
R. - El SCRATS siempre ha jugado un papel imprescindible en la agricultura del Levante español. Esa labor se ha intensificado y trasladado a la sociedad y al sector durante esta pandemia. Se han realizado donaciones directas de equipos de protección a los sanitarios de nuestros hospitales en un intento de contribuir, en la medida de lo posible, a garantizar su seguridad. Se ha creado un portal web para facilitar en contacto entre los agricultores y trabajadores desempleados, y así cubrir las necesidades de mano de obra en los diferentes momentos de la producción agraria. A través de este portal se ha informado igualmente a los agricultores de todos los temas legales de interés que iban surgiendo y regulando la actividad y la movilidad de sus trabajadores.
Durante toda la pandemia, también se han mantenido los contactos intensificados con agentes sociales y económicos del sector para conocer de primera mano sus necesidades y opiniones y consensuar soluciones y actuaciones.
En una zona desértica como la nuestra, sin agricultura no tendríamos ni árboles ni vegetación, con el consiguiente perjuicio medioambiental
Considero que el papel del SCRATS es y será siempre el de aglutinar y defender los derechos de todos los usuarios de los recursos hídricos del trasvase Tajo-Segura y del resto de recursos vinculados a esta infraestructura. Es una figura insustituible para mantener la unidad y defender el futuro de nuestro sector.
Sin duda alguna, habría que contar con el SCRATS como voz en representación del sector agropecuario del Levante español en todas las mesas de reconstrucción que se convoquen en nuestro país. Espero que después de esto, hayamos aprendido la lección y no construyamos un país que no incluya la cobertura y garantía de nuestras necesidades fundamentales.
