En esta entrevista, Jesús Parra Navarro, capataz de los canales del postrasvase Tajo-Segura (Margen Derecha), narra cómo se han desarrollado los trabajos en el trasvase durante el período que ha comprendido y comprende la actual situación por la aparición del coronavirus.
Jesús Parra Navarro lleva trabajando en esta infraestructura desde el año 1990, y también es coordinador de Prevención de Riesgos Laborales.
Pregunta - ¿Cómo describiría la importancia del trasvase Tajo-Segura?
Respuesta - Es vital que toda la sociedad levantina, y la nacional también, sea consciente de que esta importante infraestructura da sustento a muchísimas familias del sureste de España. No solo por su aporte económico a muchos sectores productivos, sino también para el consumo humano. Actualmente, la mitad del agua de boca de 2,5 millones de personas depende del trasvase.
Somos un equipo de veinticinco personas, las cuales muchos de nosotros llevamos más de treinta años trabajando en el SCRATS, colaborando con la Confederación del Segura en el mantenimiento de la parte de esta obra que se encuentra en la cuenca del Segura, el denominado postrasvase. Suministramos agua a ochenta comunidades de regantes y a las potabilizadoras de la Mancomunidad de los Canales del Tabilla, así como a municipios del este de Almería.
Para nosotros no han existido “fases”, ya que desde el primer momento se adoptaron las medidas prescritas por las autoridades sanitarias
Desde que comencé a trabajar en el trasvase en los años noventa del siglo pasado, he visto cómo se han ido transformando los paisajes de nuestro entorno, pasando grandes superficies yermas a otras mucho más verdes y con vida.
P. - ¿Qué papel ha tenido el trasvase durante la pandemia por coronavirus, y cuál cree que será en esta “nueva normalidad”?
R. - Esta infraestructura esencial no se ha detenido en ningún momento, con lo cual se ha podido seguir regando los cultivos, cuyos frutos han podido ser consumidos por toda la sociedad española.
Por otro lado, piense por un momento en la población confinada, y sin agua para beber; había que seguir trabajando para que los regantes y la población tuviesen asegurado el suministro de agua todos los días, y nosotros no podíamos fallar.
Desde la dirección del SCRATS se pusieron todos los medios para dotar de los equipos de protección necesarios a todos los trabajadores
En cuanto a la nueva normalidad, por definir todavía en todos sus aspectos, yo opino que en este sector se ha producido un incremento en la protección de los trabajadores desde el primer día de Estado de Alarma, con el cumpliendo de la normativa frente a la COVID-19, siendo necesario mantener en el tiempo estas medidas para la seguridad de todos.
P. - En este sentido, ¿cómo se ha realizado la gestión del agua para abastecimiento y regadío durante esta crisis?
R. - Gracias a que hemos tenido una regularidad en los envíos del Tajo al Segura, ha sido un elemento crucial el poder disponer de agua en todo momento para cubrir las demandas. También contamos con que no ha habido ninguna incidencia en el canal del trasvase durante este tiempo, por lo que todo ha trascurrido con normalidad. En cualquier caso, se han extremado las medidas sanitarias de seguridad y restringido el acceso a las instalaciones, siempre sometidas a continuas medidas de desinfección, a los trabajadores que no eran estrictamente imprescindibles para su manejo.
P. - ¿Qué medidas se han tomado para continuar con el mantenimiento de las infraestructuras durante la pandemia?
R. - Al inicio del Estado de Alarma, vivimos tiempos de desconcierto, ya que no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Desde la dirección del SCRATS se pusieron todos los medios para dotar de los equipos de protección necesarios a todos nuestros compañeros trabajadores.
Fue una tarea difícil, pero desde el primer día implantamos medidas preventivas en todos los puestos de trabajo para evitar contagios, como la prohibición de más de tres personas en las estaciones de bombeo, una persona por vehículo, gel hidroalcohólico en todos los puestos de trabajo, guantes, mascarillas, etc.
No ha habido ninguna incidencia en el canal del trasvase durante este tiempo, por lo que todo ha trascurrido con normalidad
El personal del sindicato al servicio del postrasvase ha sido responsable tanto en el trabajo como fuera de él, manteniendo todas las medias de seguridad, dada la importante labor que desarrollaban y de la que dependían tantas personas.
P. - ¿Cómo se ha adaptado este mantenimiento y funcionamiento de las infraestructuras del Trasvase a las diferentes fases de la desescalada, y cuál será su papel en la ‘nueva normalidad’?
R. - Para nosotros no han existido “fases”, ya que desde el primer momento se adoptaron y mantuvieron las medidas prescritas por las autoridades sanitarias en su máxima rigurosidad.
P. - ¿Cuál ha sido su relación con las Comunidades de Regantes durante esta pandemia?
R. - La relación de los trabajadores del Sindicato con las Comunidades de Regantes a las que sirven siempre ha sido fluida. En estos extraños tiempos, hemos tenido oportunidad de estrechar lazos y establecer líneas de compresión para la adecuada atención de todas ellas.
Las Comunidades de Regantes es otro eslabón muy necesario para la industria agroalimentaria, ya que ellos son los encargados últimos de llevar el agua que les servimos en su tomas en el postrasvase y distribuirla de forma equitativa a sus Comuneros. Comuneros que deben luchar con las inclemencias del tiempo, el precio del agua, las condiciones del mercado en el sector y, además, por si les faltaba poco, contra la COVID-19.